1 de Marzo. Una de cada 10 personas que compran o pretenden comprar vivienda usará el inmueble como inversión. Asimismo, entre los que compran como inversión, hay una clara mayoría favorable al alquiler: el 90% pretende alquilarla frente al 10% que no tiene pensado hacerlo. Además, en su mayoría (74%) se decantan por el arrendamiento de larga estancia, mientras que solo el 15 % lo utilizará para estancias cortas o vacacionales.
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Entre los demandantes que no pretenden vivir en la vivienda comprada, hay un 58 % que pretende poner en alquiler la vivienda que adquiere. Concretamente, son el doble los que se decantan por el alquiler de larga duración (40%) que los que tienen en mente arrendamientos vacacionales o para estancias cortas (18%).
“Es muy positivo que el dato inversor siga manteniéndose a pesar de la pandemia. Esto indica que la incertidumbre es un gran aliciente para los ahorradores que no quieren que su dinero se devalúe a lo largo del tiempo. El mantenimiento de tipos de interés bajos sumado a la incertidumbre provocada por la crisis sanitaria ha consolidado los activos inmobiliarios como un refugio para los inversores. De hecho, la vivienda se ha afianzado como uno de los productos financieros con más rendimientos en los últimos años. En 2020, la rentabilidad de la vivienda alcanzó la cota más alta de la década, situándose en un 6,8%, y en 2021 disminuyó ligeramente hasta un 6,5%”